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Instalación
Papalote al vuelo con ventilador
Medidas variables
Convent de Sant Agustí
Barcelona
A living symbol for 50 years, where a black kite silently protested the killing of Tlatelolco at the inauguration of "The Olympics of peace" in Mexico 1968.
1968 fue el año de la revuelta, de la rebelión. También de la revolución que nunca llegó a ser. Referirse a 1968 es pensar en un movimiento globalizado con puntos vibrantemente conflictivos ante Estados poderosamente represivos. El 68 es París, Praga, Berlín occidental, Ciudad de México, pero también es las luchas por los derechos civiles en Estados Unidos, las protestas contra la guerra de Vietnam, la represión dictatorial ante el surgimiento de organizaciones vecinales obreras y estudiantes en Cataluña. Pensar el ’68 es rememorar una geopolítica que en la actualidad parecería de ciencia ficción.
México forma parte de los movimientos sociales del ‘68. Los estudiantes y obreros salieron a la calle a exigir reformas estructurales, libertades políticas y civiles, y, aunque parezca todavía inaudito: equidad. Las manifestaciones se multiplicaban, así como los llamados a huelga. Ante la inminente celebración en la Ciudad de México de los Juegos Olímpicos, el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, a las 17.55 hrs, el ejército mexicano y el grupo paramilitar diseñado por el gobierno Batallón Olimpia reprimieron una gran manifestación con fuego real. No hay datos exactos de los muertos esa tarde. Según diversas fuentes podrían ser entre 200 y 300 personas asesinadas por el Estado. Más de 3000 detenidos que se sumaban a los meses de detenciones ilegales, torturas y desapariciones. Los XIX Juegos Olímpicos fueron inaugurados con total normalidad. Llevaban como lema “Las olimpíadas de la paz”. Durante la ceremonia de inauguración un grupo de manifestantes tímidamente lanzó una cometa con forma de paloma de color negro. De esas olimpiadas permanece la imagen de los atletas Tommie Smith y John
Ana Paula Sánchez-Cardona
