06.13
Acción realizada en el patio de la Esmeralda para la muestra de 8vo semestre el viernes 21 de junio de 2013, donde se dispuso una instalación con vasos rellenos de alcohol de caña mezclado con agua de jamaica, que alineados forman la palabra “artista” sobre dos mesas plegables.
Hace cuatro años que entre a una universidad especializada en la educación artística, fueron meses en donde la formación tanto teórica e histórica, como la de producción misma, siempre se sostuvo a partir del interés personal, afinidades con profesores, compañeros, ideas y posiciones fueron formando una concepción mas allá de los limites estéticos o conceptuales, sentirse parte o no de la situación fue un constante escenario en el día a día dentro y fuera de la escuela. Recuerdo a la primera exposición que asistí antes de ingresar a la escuela e involucrarme personalmente con el llamado mundo del arte, lo primero que llamo mi atención fue que se ofrecían bebidas a los asistentes e inmediatamente después, saber que había quien se encontraba ahí únicamente por este motivo, esto generaba una atmosfera amigable para los asistentes e incomoda para los meseros que luchaban en su camino entre la gente para que no se abusara del coctel. Con el paso del tiempo y la experiencia en las inauguraciones siempre llamo mi atención este movimiento que se desprendía de la obra o artista en cuestión, la celebración que ofrece una cortesía y en pos de evitar la asistencia de los interesados únicamente en la bebida o la botana, se generaban candados como abrir y cerrar la barra por tiempos, dar distintivos a los invitados o hasta solo permitir la entrada con invitación.
Este ritual que se ha generado del día en que una o varias piezas es dispuesta en un espacio para ser exhibido, es en si una celebración y una liberación para el artista, se convierte también en el caldo de cultivo de la comunicación con los semejantes, los que se enteran y convergen en este espacio y tiempo, comparten la experiencia de la obra y de los efectos probables por el coctel ofrecido.
En esta ocasión con motivo de las muestras académicas, la idea de ofrecer un coctel como pieza, derivó de entender lo potencialmente publico de una acción, del interés primordial de quien asiste a ver arte, y la necesidad de este de saciar una sed o llenar un vacío.
La palabra artista la escogí pues al ser la ultima pieza producida dentro de una institución que ofrece un titulo universitario, su presencia esencial para la desaparición y consumo de los asistentes.
Action taken in the courtyard of the Emerald to sample 8th semester on Friday June 21, 2013, where an installation with filled glasses of cane alcohol mixed with water from jamaica, which lined up the word "artist" on two ordered folding tables.
Four years between a specialist in art education university ago were months where both theoretical and historical, like production itself, training provided from personal interest, affinities with teachers, peers, ideas and positions held were Forming a concept beyond the aesthetic or conceptual boundaries, or feel part of the situation was a constant scenario in daily inside and outside school. I remember the first show I attended before entering school and get involved personally with the so-called art world, the first thing that caught my attention was that drinks were provided to attendees, then immediately he knows that was who was there only by This is why this created a friendly atmosphere for attendees and uncomfortable for the waiters who were fighting their way among the people to not be abused cocktail. With the passage of time and experience in the inaugurations always caught my attention this movement that flowed from the work or artist in question, holding that offers a courtesy and avoid after attendance only interested in drinking or snack, locks as opening and closing the bar times, giving distinctive guests or to allow entry only by invitation is generated.
This ritual that has generated the day when one or more parts is arranged in a space to be displayed, it is itself a celebration and a release for the artist, also becomes the breeding ground for communication with peers, those who learn and converge in this space and time, they share the experience of the work and the likely effects of the cocktail offered.
This time on the occasion of academic samples, the idea of offering a cocktail as part, derived from understanding what potentially public of an action, the primary concern of who attends see art, and the need for this to quench a thirst or fill a vacuum.
The word artist chose it to be the last piece produced within an institution that offers a college degree, its essential for removal and consumption of the audience presence.
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